Las prácticas de las
culturas ancestrales en la trasmisión y procesamiento de la informacion
McLuhan (1962) fue uno de los primeros en opinar sobre este
vínculo entre cultura escrita y pensamiento. La escritura puso, según él, en juego una
modalidad sensorial estrechamente asociada con el espacio; el ojo venía a
sustituir al oído.
Se observó que cuando los niños empiezan a revisar sus textos,
comienzan a escribir de un modo más complejo. A partir de los 12 años las
producciones orales y escritas divergen, mostrando las escritas un mayor grado
de complejidad estructural, cuando hasta esa edad producían textos orales y
escritos en los que no había ninguna diferencia.
En adultos, la presencia del texto escrito permite repasar, releer, revisar.
Las revisiones sobre un texto leído van más a la básica del texto que las
que se pueden hacer sobre un texto escuchado, que apuntan más a lo superficial.
Estas observaciones hicieron suponer que la visión permitió un avance en el
tipo de pensamiento. En parte es cierto el cambio pero es falso el
avance. El pensamiento cambió su forma, mutó en otra cosa pero no por eso es
mejor. Es injusto, además, pretender estudios exhaustivos de un discurso oral
en una cultura como la observada que fue educada en esta cultura escrita. Es
muy diferente –y no por ello inferior - la estructura mental de un pueblo oral
de la de uno con cultura escrita.
Pero no que existan efectos cognitivos específicos que se asocien
exclusivamente con los procesos visuales de leer y escribir. La fórmula
"ojo por oído" de McLuhan es una metáfora y no una explicación de las
implicaciones de la cultura escrita.
La hipótesis del medio: el habla y la escritura como formas distintivas de
discurso
De acuerdo con esta hipótesis, las implicaciones cognitivas de la cultura
escrita surgen no sólo de usar el ojo (la modalidad) sino de aprovechar
los recursos de este medio de comunicación con sus géneros
especializados. Estos géneros se especializan para cumplir determinadas
finalidades:
- Alfabetización: para recuperar información,
- Categorías y listas: para organizar la información,
- Ficción: para entretener,
- Prosa ensayística: para examinar las implicaciones de una exposición,
otros.
Y además ha cambiado el destinatario de este discurso. Ya no se trata de los
primitivos auditorios orales sino de una extensa red de lectores,
unidos sólo por su acceso a estas formas de discurso.
Pero las funciones que cumplen estas formas de discurso, incluyendo
las de describir, explicar, ordenar, prometer, recordar y demás, tienden a ser
comunes a todas las culturas humanas, y las formas escritas especializadas
quizá tan sólo suministren otros medios posibles para alcanzar los
mismos fines.
La hipótesis de las destrezas mentales: aprender a pensar como un lector .
Esta hipótesis soslaya las objeciones formuladas a las dos anteriores pues
admite que esas destrezas son transferibles entre los distintos medios y
modalidades. Así, el conocimiento adquirido al leer y escribir puede aplicarse
al hablar y al escuchar; habiendo aprendido a descomponer en letras las
palabras escritas, uno podría pasar a dividir en sonidos las palabras habladas.
Habiendo aprendido a reconocer las palabras presentes en textos escritos, se
podría pasar a reconocer las palabras presentes en su habla. Y habiendo
aprendido a leer un texto y analizar sus implicaciones, se podría llegar a
tratar una emisión como si fuera un "texto" y someterla al mismo tipo
de análisis, y así sucesivamente.
Pero hoy en día está prácticamente confirmado que las destrezas de la cultura
escrita pueden ser transmitidas y adquiridas, al menos en parte, oralmente. Las
destrezas en cuestión, aunque propias de la cultura escrita, se desarrollan a
través del medio oral. Por ejemplo, los maestros emplean un modo de hablar que
contribuye a desarrollar una orientación propia de la cultura escrita. Por
consiguiente, el carácter directo del vínculo entre la práctica
concreta de leer y la adquisición de destrezas propias de la cultura escrita
es, por cierto, indirecto.
La hipótesis metalingüística: convertir al lenguaje en un objeto de pensamiento
y discurso
Si la capacidad de usar el lenguaje es la "capacidad lingüística",
la de reflexionar sobre el lenguaje usado es la "capacidad metalingüística".
Si hablar y escuchar son capacidades primariamente lingüísticas, entonces la
lectura, siendo una actividad secundaria, depende de la conciencia que
tenga el lector de esas actividades primarias.
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