lunes, 14 de diciembre de 2015

OPINIÓN

La desigual distribución de las reservas mundiales de combustibles clásicos (carbón, petróleo, gas natural, etc.) y la sospecha de que en un plazo no demasiado largo llegue a ser insuficientes para cubrir la creciente demanda han obligado a estudiar nuevos procedimientos de obtención de energía. Una aspiración de todos los tiempos ha sido la de la transformación utilizable de los tipos naturales de ellos, sin embargo, su desarrollo en gran escala. De cualquier forma, estas ideas representan soluciones de tipo local con una gran dependencia de agentes exteriores incontrolables y no pueden ser consideradas como de aplicación universal; de ahí que la mayor parte de la investigación se oriente en otras direcciones.

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